2014
Marines estadounidenses denuncian enfermedades provocadas por radiación en Fukushima
Columna de :
Amy Goodman y Denis Moynihan
|
Han pasado tres años desde el terremoto y el
tsunami que provocaron el desastre nuclear de la planta de energía nuclear
Fukushima Daiichi en Japón.
El número de víctimas mortales inmediatas del
tsunami superó las 15.000 y alrededor de 3.000 personas permanecen
desaparecidas.
Sin embargo, el número de muertos sigue aumentando, tanto
en Japón como en otros países.
Los efectos del desastre nuclear de Fukushima
en la salud y el medio ambiente son graves y se ven agravados a diario a medida
que la planta nuclear, de la empresa Tokio Electric Power Company (TEPCO),
continúa liberando contaminación radiactiva.
Como parte de una iniciativa poco común, más de cien
marineros e infantes de marina estadounidenses presentaron una demanda
colectiva en la que acusan a TEPCO de mentir acerca de la gravedad del
desastre, cuando ellos corrieron al lugar de los hechos para brindar ayuda
humanitaria. Iban a bordo del portaaviones USS Ronald Reagan, que funciona a
energía nuclear, y de otros buques que viajaron con el Reagan y que
participaron en la respuesta humanitaria al desastre denominada “Operación
Tomodachi”, que en japonés significa “Operación amistad”.
El teniente Steve Simmons es uno de los
demandantes.
Antes de Fukushima, Simmons tenía una salud de
hierro.
Ocho meses más tarde, comenzó a padecer problemas de
salud inexplicables.
Dijo en una entrevista en el programa “Democracy
Now!”:
“[Mientras conducía hacia el trabajo] perdí el
conocimiento en una curva.
Después de eso, comencé a tener síntomas de lo que pensé
que era una gripe y me comenzó a subir la fiebre persistentemente. Bajé
rápidamente entre 9 y 11 kg. y comencé a tener sudores nocturnos y dificultades
para dormir y había ido varias veces al médico para que me hicieran análisis y
otros estudios para determinar lo que estaba sucediendo.
Y de enero a marzo de 2012 estuve internado
tres veces.
La primera vez, no pudieron detectar nada.
Lo único que supuestamente encontraron fue una sinusitis
y descartaron la posibilidad de que estuviera vinculada con la radiación.
De hecho, el médico practicante me dijo que si fuera
provocado por la radiación, debería haber manifestado síntomas mucho
antes.
Tres días más tarde, después de que me dieron el alta,
volví al hospital porque mis nódulos linfáticos comenzaron a hincharse y no me
bajaba la fiebre, tenía 39° C”.
En abril de 2012, mientras se encontraba internado,
sus piernas quedaron inmóviles.
Desde entonces, está en silla de ruedas y podrá solicitar
la baja por “motivos médicos” en abril.
Este es el segundo intento de los marineros y los infantes de marina de presentar una demanda contra TEPCO. El primer juicio, en el que había ocho demandantes, fue desestimado por motivos técnicos basados en la falta de jurisdicción del tribunal.
Charles Bonner, el principal abogado defensor de los
marines, afirmó: “En junio de 2013, 51 marineros e infantes de marina nos
habían contactado porque padecían diversas enfermedades. [Algunas de las
enfermedades] incluían cáncer de tiroides, cáncer testicular, cáncer cerebral,
problemas uterinos inusuales, sangrado
uterino excesivo, todo tipo de problemas ginecológicos,
problemas que no son habituales en personas de 20, 22,
23, o incluso 35 años de edad, como el
Teniente
Simmons, que tiene esa edad.
Por lo que ahora presentamos una demanda colectiva en
nombre de alrededor de cien infantes de marina y todos
los días recibimos llamadas de marines que padecen
problemas diversos”.
Había al menos 5.500 personas a bordo de lUSS
Reagan cuando navegó hacia las costas de Japón.
Cabría preguntarse por qué el grupo no demanda
también a su empleador, la Armada de Estados Unidos.
Acerca de esta decisión, el abogado Charles Bonner
sostuvo:
“La parte responsable del daño a estos jóvenes
marines es la empresa Tokyo Electric Power
Company, la cuarta empresa de electricidad
más grande del mundo.
La Tokyo Electric Power Company no le dijo ni a la
población ni a la Armada que se había producido un grave accidente
nuclear.
Los núcleos de tres de los reactores se fusionaron tras
el terremoto y el tsunami.
No tenían generadores, no tenían un soporte de
electricidad.
No había ningún tipo de abastecimiento auxiliar de agua
para enfriar los reactores”.
Entrevisté a Naoto Kan en su oficina en Tokio en enero de este año. Kan era el Primer Ministro de Japón en el momento del accidente.
Instaló de inmediato un centro de control para manejar la
crisis nuclear. Una de las personas que asistía al equipo de manejo de la
crisis era un importante ejecutivo de TEPCO. Kan me dijo “Por lo que me estaban
informando desde la sede de TEPCO y, en particular, el Sr. Takeguro, que era el
vicepresidente de la empresa, no estaban proporcionando información precisa
sobre la situación real en el lugar”.
Frustrado ante el bloqueo de información, Kan viajó a la
planta para hablar de la situación con los trabajadores que estaban allí.
El ex primer ministro, que antes era un firme defensor de
la energía nuclear, ahora promueve que se deje de utilizar en Japón.
El desastre nuclear de Fukushima, cuyas consecuencias aún persisten, debería servir de advertencia al mundo.
En lugar de aprender de la sabiduría de Naoto Kan, el
Presidente Barack Obama está comprometiendo fondos públicos para construir
nuevas plantas nucleares en Estados Unidos por primera vez en más de treinta
años.
Tras lo ocurrido en Fukushima, la Comisión Reguladora
Nuclear del Gobierno de Obama evitó hablar de ciertos temas con el fin de
disminuir la creciente preocupación pública con respecto a la seguridad de las
plantas de energía nuclear en Estados Unidos. NBC News tuvo acceso a correos
electrónicos internos de la Comisión en los que se instruía al personal a que
desestimara los riesgos a la seguridad, a pesar de que las plantas nucleares de
Estados Unidos no son seguras.
Los infantes de marina de la Operación
Tomodachi se merecen ser oídos por la justicia y la población estadounidense
merece una evaluación honesta de los graves riesgos de la energía nuclear.
© 2014 Amy Goodman Texto en inglés traducido por Mercedes Camps.
Edición: María Eva Blotta y
Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 550 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 350 en español. Es co-autora del libro :
"Los que luchan contra el
sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos",
editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Por Amy Goodman de Democracy Now! Publicado el 21 de marzo de 2014 |
No hay comentarios:
Publicar un comentario