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Inocuidad de los alimentos:
Aumento de las exportaciones en Costa Rica
Garantizar la inocuidad de los alimentos es crucial para proteger la salud pública y facilitar el comercio de productos alimenticios. Desde hace diez años el OIEA presta apoyo a Costa Rica en el uso de técnicas nucleares para analizar y detectar contaminantes de los alimentos. La realización de pruebas eficaces ha permitido a Costa Rica seguir siendo un país competitivo y confiable en el mercado internacional de alimentos, lo que se ha traducido en una mayor prosperidad y mejores medios de subsistencia para los agricultores del país.
Las tecnologías nucleares ofrecen soluciones competitivas y, en muchos casos, extraordinarias, para combatir el hambre y la malnutrición, mejorar la sostenibilidad medioambiental y garantizar la inocuidad de los alimentos. El OIEA y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) trabajan en asociación a fin de ayudar a los Estados Miembros a utilizar esas tecnologías adecuadamente y en condiciones de seguridad.
Prestamos apoyo permanente a más de 200 proyectos de cooperación técnica de ámbito nacional y regional, lo que supone un gasto anual de aproximadamente 14 millones de dólares de los Estados Unidos. Esos proyectos contribuyen a que los Estados Miembros dispongan de tecnologías y capacidades creadas en el marco de más de 30 proyectos coordinados de investigación (PCI) que están en constante evolución. Más de 400 instituciones de investigación y estaciones experimentales ubicadas en los Estados Miembros colaboran en esos PCI.
Los Laboratorios de la División Mixta FAO/OIEA llevan a cabo un amplio espectro de actividades aplicadas y adaptativas de investigación y desarrollo. También ofrecen protocolos, orientaciones, capacitación y servicios especializados en distintos ámbitos y constituyen un depósito de materiales biológicos de referencia y especiales.
La inflación histórica sufrida en el 2022, producto de la guerra en Ucrania, es el tercer episodio de incremento de precios de los alimentos en la última década y media, sin embargo, este ciclo inflacionario “es más pronunciado y persistente” que los anteriores y Costa Rica es vulnerable a sus efectos por su alta dependencia a la importación de granos y fertilizantes.
Así lo indica la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en su informe “Hacia una seguridad alimentaria y nutricional sostenible en América Latina y el Caribe en respuesta a la crisis alimentaria mundial” publicado en diciembre.
El precio de los alimentos en términos reales, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), subió 64 puntos entre junio y marzo del 2022 -alcanzando niveles históricos- y bajó 23,3 puntos a octubre (14,9%), “pero se mantiene en un nivel más alto que los máximos de las décadas pasadas”.
La inflación afecta en mayor medida a los hogares de menores ingresos, que gastan una gran parte de sus ingresos en la comida: “Dentro de los países, esta dinámica establece una discriminación entre la población que puede y la que no puede pagar los precios más altos de los alimentos”
Además, la caída en el indice de los precios internacionales no se traduce de igual forma en los mercados locales por dinámicas de mercado y distribución, por lo que puede que aún no sea percibida por las personas consumidoras, indica el informe.
- Inflación por dependencia de importación de granos
América Latina y el Caribe es una región con un alto superávit agropecuario (127 mil millones de dólares), sin embargo, la gran mayoría de países son altamente dependientes de la importación de trigo, maíz y aceites vegetales.
“En la región, 26 países son altamente dependientes de las importaciones de trigo, mientras que 13 países presentan una alta dependencia de las importaciones de maíz” dice el documento.
Costa Rica es importador neto de cereales (US$335 millones), maíz (US$187 millones) y trigo (US$71 millones).
